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Hotel, Dulce Hotel

Incluso Washington, Bolivar y San Martin visitaron un hotel alojamiento.

Madison

6.30.2006
En un transitado enclave de la ciudad diurna que se transforma en un desierto inhabitado por las noches, con la misma facilidad que la larva se transforma en una hermosa mariposa, se encuentra "Madison". Este hotel, si es que merece este término, comparte medianera con otro de superior categoría, "Dallas". Pero hoy, mis estimados lectores, hablaremos de Madison.

Luego de estacionar nuestro vehículo en el amplio garage con portón automático, entraremos por una puerta que nos llevará a la recepción, donde una mujer de rasgos del altiplano nos indicará, detrás de su cabinita, los precios por pasar una noche en su establecimiento. El mejor cuarto del lugar es la "Suite c/hidro y erótico". A esa nos dirigimos, prestos a disfrutar de las bondades del cuarto.

Al llegar nos encontramos con un cubículo pequeño e incómodo, decorado por el mismísimo Satanás. En la parte principal de la habitación tenemos el sillón erótico de cuestionable utilidad, higiene y confort. Al lado de este la cama, si eso es lo que era en realidad. En la mesita de luz izquierda, los controles, con botoncitos metálicos sensibles al calor de la mano, más bien antiguos. Frente a la cama estaba el ya clásico espacio de "higiene". Encontramos ahí el dichoso hidromasaje, para no desentonar, incómodo y disfuncional. Si bien es amplio, es tan solo una bañadera de loza con agujeros "tira viento", muy incómodo. Al lado del hidro estaba el lavamanos con sus productos de regalo, entre los que encontramos dos juegos de shampoo y acondicionador "Issue", una cofia de pelo, un peine y dos espumas para baño. En la mesa de luz un indescifrable preservativo nos invitaba a protegernos del sida. A la izquierda una puerta nos comunica con el pequeño toilette, que estaba limpio y desinfectado y lucía de la misma manera, gracias a una correcta decoración. En ángulo derecho a la cama hay una pequeña mesita de TV, con su diminuto aparato encima...y telarañas abajo. El servicio gratuito a la habitación, brilló por su ausencia. En conclución, cuando lo más rescatable del cuarto es el baño, estamos ante un problema. Madison lo es.-


Es "sillón erótico" era el único divertimento del que dispone el cuarto.


El "hidro" es un piletón rígido, frío, incómodo y no cumple su función en lo más mínimo.


Lo mejor resultó ser el baño, por sobriedad y limpieza.


Controles anticuados, incómodos y tristes. (Si, pueden ser tristes).


La cama, una roca, la decoración general, espantosa.

Los PROS son: Un baño que da sensación de limpieza, en este tipo de establecimientos, siempre se agradece.

Las CONTRAS: La decoración que deprime y dan ganas de irse, la incomodidad de la cama y sillón, los controles, las luces, la estafa del hidro, la suciedad en el resto del cuarto.





Puntuación: 1 Minujín.

Página Web: No posee
Dirección: Ecuador 226
Teléfono: Lo Perdí. (Por suerte)